Docente UAM realizó voluntariado agrícola en Japón
Manuel Alejandro Pinilla Rojas, docente del Departamento de Diseño y Arte, participó en un programa de voluntariado agrícola en Japón, a través del servicio social en el campo.
Esta experiencia fue posible gracias a una alianza con la organización "Never-ending International workCamps Exchange" (NICE), la cual ofrece oportunidades de voluntariado en todo el mundo para personas mayores de 18 años. Pinilla decidió realizar sus tres voluntariados en Japón, un país que siempre había soñado conocer.
¿Cómo es un voluntariado agrícola en Japón?
Durante su estancia, trabajó en granjas antiguas y abandonadas que están siendo revitalizadas para preservar la herencia cultural agrícola de Japón. El docente estuvo en la prefectura de Tokushima, en la isla de Shikoku, y en la prefectura de Nagano, en la isla de Honshu. Allí, aprendió a plantar productos japoneses como arroz, frijoles, lechugas, espinacas, limones y rábanos, y también participó en la limpieza de bosques y el uso de maquinarias agrícolas. La experiencia le permitió involucrarse en todo el proceso de producción agrícola, desde la siembra hasta la venta de productos en el mercado.
Impacto en su vida personal y profesional
En lo personal, el voluntariado agrícola en Japón fue una experiencia transformadora para Manuel. Aunque es diseñador y su trabajo usualmente se desarrolla frente a un computador, el contacto con la naturaleza y el trabajo en el campo le proporcionaron una nueva perspectiva sobre la importancia de los productos orgánicos y el arduo trabajo de los campesinos. Además, tuvo la oportunidad de conocer la cultura japonesa de manera profunda, visitando templos budistas y participando en el peregrinaje de Shikoku, una experiencia que enriqueció su vida espiritual.
En cuanto a su desarrollo profesional, la experiencia en Japón le ayudó a valorar oficios que muchas veces se pasan por alto en un mundo dominado por la tecnología. Observó cómo los japoneses equilibran el desarrollo tecnológico con la preservación de su herencia cultural. Esta comprensión le permite ahora aplicar en sus clases un enfoque más consciente y estructurado en la enseñanza del diseño.
Manuel destaca la importancia de enseñar a sus estudiantes a tomarse el tiempo para perfeccionar su arte, algo que aprendió a través de la práctica de la caligrafía japonesa y el enfoque meticuloso de los japoneses en todo lo que hacen.
Esta experiencia no solo enriqueció su vida personal, sino que también influyó en su enfoque pedagógico, enfatizando la importancia de la reflexión, la planificación y la conciencia en cada trazo y diseño que se realiza, un aprendizaje que ahora transmite a sus estudiantes en el Departamento de Diseño y Arte de la Universidad Autónoma de Manizales.